24 septiembre, 2011

De saberes y haberes

Cecilia Marticorena Zilleruelo


Sé que me has besado de pies a cabeza, y que has llegado con un café a despertar mi cabello con tus dedos empapados de mi sudor callejero.
Sé que haces lo posible por no pensar en las espinas que una a una sacaste de la planta de mis pies.
Sé también que tu orgulloso sexo me extraña y que en las mañanas le regañas su erecta locura.
Sé además que tu pecho evoca mis lamidos besos
Sé que tus oídos escuchan mi canto de sirena en tus noches de delirio
Sé que tus manos ásperas se han vuelto de seda añorando mis nalgas y mis pechos.
Sé también, y no es cuento, que mi almohada extraña tus terribles ronquidos
Sé, si sé que eres el único que logra los espasmos con que sueñan las adolescentes en sus prematuras noches
Sé que estoy ahí, en el lugar donde palpita el que te hace vivir.
Sé que alimento tus pensamientos entre el arrepentimiento y la frustración
Sé que deseas tenerme, despojarme, arrancarme, besarme y desarmarme, pero sin riesgos.
Sé que no reconoces que has cambiado desde que tus manos se posaron en mi cuerpo
Sé que eres un egoísta que hablas y te respondes, sin saber de mi aflicción o mi alegría
Sé que te preguntas por mi tristeza y no sabes la respuesta
Sé que mi congoja solo es querer de ti lo inalcanzable.
Sé que deseo morir en un acto de sonrisa eterna
Sé que a esta lista sólo puedo agregar que quiero un calendario sin hojas y que mi cuento sea de acabo contigo

27 de mayo de 2011

1 comentario:

Tacones dijo...

Muy orgullosa de que mis letras estén hospedadas en este lugar...

Gracias a Querida Mariela por el cobijo......